#365xlos43
April 3, 2020365 por los 43. Hasta las paredes saben
Casa de El Hijo del Ahuizote
México D.F.
Coordinación general: Diego Flores Magón
Museografía y diseño: Giacomo Castagnola, Erik López Rodriguez
Curaduría: Diego Flores Magón, Giulia Iacolutti
Texto de sala: Federico Mastrogiovanni
Autores: Valentino Bellini, Brett Gundlock, Giulia Iacolutti, Mauricio Palos, Heriberto Paredes
Con la participación de Rafael Pineda, Rapé
Apoyo: EFM encuentro fotografico México
La noche del 26 de septiembre de 2014 al menos cinco
autobuses ocupados por estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl
Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, fueron atacados por la policia
municipal de Iguala y por el grupo delinquencial Guerreros Unidos. 43 de
estos estudiantes fueron desaparecidos, tres más asasinados y otros dos
continuan en estado grave de salud.
A un año de distancia, los 43 estudiantes siguen desaparecidos.
La Casa del Hijo del Ahuizote, espacio de archivo y museo en el Centro
de la Ciudad de México, en el domicilio de la antigua imprenta de El
Hijo del Ahuizote, hospedó la muestra fotográfica “365 por los 43. Hasta
las paredes saben”, 365 días evocados por las imágenes de Mauricio
Palos y Heriberto Paredes (México), Brett Gundlock (Canadá), Valentino
Bellini y Giulia Iacolutti (Italia), fotógrafos que han caminado las
huellas de los 43 estudiantes a lo largo de este año.
Para estimular la participación ciudadana y dar voz a las paredes, el
público llevó una de las 365 reproducciones numeradas de las fotografías
en exhibición, o adquirir un mural “instantáneo” para colocar en las
calles (#risograph).
Además de la exposición, el 26 de septiembre 2015, primer aniversario de
la desaparición, marchamos en torno a El Ahuizote Ambulante, una
micro-infraestructura móvil de acción en el espacio
público, desde la que se distribuyó una edición especial de las mismas
fotos para tomar la calle.
La muestra cerró el 17 de octubre con un evento de clausura en la Casa del Hijo de El Ahuizote. #365xlos43
Texto de sala:
“Trescientos sesenta y cinco días separan a los
cuarenta y tres normalistas de Ayotzinapa de nosotros. A partir del 26
de septiembre de 2014 Ayotzinapa dejó de ser un lugar, para convertirse
más bien en una idea, un símbolo.
El 26 de septiembre es ya una de esas fechas que no
necesitan que se especifique el año porque todo el mundo sabe y tiene
que saber de qué se trata. Como el 2 de octubre, que es sinónimo de
represión. O como el 1° de mayo, que quiere decir justicia social.
Desde hace trescientos sesenta y cinco días 26 de septiembre quiere
decir desaparición forzada.
El Hijo del Ahuizote también es un lugar simbólico.
Siempre ha representado libertad de expresión y lucha en contra de la
opresión. La Casa del Hijo del Ahuizote hoy hace propio el llamado a la
participación activa de la sociedad mexicana y de las familias de las
víctimas de desaparición forzada, abriendo sus puertas a una exposición
fotográfica sobre los 43 de Ayotzinapa.
Los fotógrafos Valentino Bellini, Brett Gundlock,
Giulia Iacolutti, Mauricio Palos y Heriberto Paredes, han documentado
con sus imágenes la búsqueda y el dolor, las marchas, la esperanza y la
indignación a lo largo de un año. Pero su trabajo se queda incompleto si
las imágenes no generan conciencia, si no invaden los espacios
públicos, si no se hacen alimento para la mente.La información se vuelve
resistencia. La narración se transforma en herramienta para desarmar la
violencia. El testimonio se hace documento para no volver a ser
violentados.
Retomando su antigua función social y comunitaria de
imprenta, la Casa del Hijo del Ahuizote imprimió 365 copias de 15
imágenes. Las fotos están a disposición para que las agarres, las
reproduzcas, las pegues en las paredes de tu ciudad, para intervenir las
calles, los muros, para que recuperes los espacios públicos, para hacer
uso de tu ciudadanía. Para que no siga imperando el olvido y la
impunidad.
En la marcha del 26 de septiembre el “Ahuizote
ambulante” caminará con las madres y los padres de los desaparecidos,
juntos con todos los que quieren manifestar su indignación y la
exigencia de justicia. El carrito del Ahuizote llevará las imágenes a
las calles, ocupará físicamente el espacio público para que retroceda de
esas mismas calles el autoritarismo y el horror”.